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martes, 8 de julio de 2014

Karin Zaiden Villavicencio en mi Poemario Privado


Fortuito Ilímite Del Ser

Mira cómo llegan bondadosos
los mares de mi suerte...
siempre arriban a mis puertos
siempre engalanan la triste arena de mis playas.

Mira cómo cuidan de mi los ángeles
no les desaniman mis tropiezos
les preocupa mi ceguera,
más la luz perpetua arde en mi silente alma.

Mira la suprema conciencia
innata revolotea como garza
blanca, inmaculada, pura y solitaria
airosa como la bordada cumbre de las montañas

Mira mi pacífica gratitud
meditabunda y bagaroza, más empeñada...
ella canta, rie, llora y clama
ella siembra con sus manos llenas de esperanza

Mira la directriz de mi iris:
fija, perpleja, batallante y ensoñada
nada la retiene ni la apabulla
sencilamente prosigue con la fuerza de la audacia.


Karin Zaiden Villavicencio, poetiza ciega, murió a edad muy temprana. Su amigos de la universidad, vendían este bello poema en las calles de Cali para difundir su obra. La copia de este poema ha resistido a mi olvido desconsiderado por largos años. Hoy espero hacerle justicia la memoria de esta poetiza Vallecaucana, compartiendo este poema, para que usted disfrute también de sus dulces cuartillas y se cuente entre uno de esos "mares" bondadosos que alguna vez engalanó, las tristes arenas de las playas de Karin.

Aldemar Jaramillo