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sábado, 9 de marzo de 2013

Lair Ribeiro


Durante toda la vida ha soñado con encontrar oro. No hacía más que pensar en ello. La idea no se le iba de la cabeza desde que se despertaba. Pensaba en ello mientras comía, y también mientras dormía. No paraba de pensar en encontrar oro.

Como no tenía medios para buscarlo, decidió vender todo lo que tenía, su casa y sus muebles, y se fue para el noroeste del país a buscar oro. Allí, durante años, cavó, cavó y cavó, y no encontró nada.

Sin medios para seguir buscando, volvió a su ciudad, donde por lo menos tenía familiares que podían acogerlo. Al volver supo que el comprador de su casa, cuando comenzó a hacer obras para reformarla, había encontrado una gran cantidad de oro al cavar un hoyo en el huerto, y se volvió millonario.


Ahora tienes la oportunidad de descubrir la pepita de oro que existe (que siempre existió) dentro de ti. Basándote en todo lo que te sucedió en la infancia, en todo lo que aprendiste, en tus muchas cualidades...una carta de amor dirigida a ti mismo, en la que expreses todo lo que amas en ti.

Sí, eso mismo. Estás muy enamorado de esa persona que eres tú. Comienza la carta así: «Querido (o querida)...». Escribe tu nombre y no reprimas nada de lo que quisieras decir en una declaración de amor a ti mismo. Y como las personas enamoradas tienden a exagerar, porque eso es lo que sienten sinceramente, por favor, exagera. Todo lo que digas de positivo, aunque sea inventado, será utilizado por tu mente en tu favor, para aumentar tu autoestima.

Por lo tanto, no te cortes; tú eres una persona merecedora de todo tu amor. Una vez escrita, recorta la hoja y guárdala en un sobre cerrado. Siempre que lo desees, ábrelo y relee tu carta, pero no se la muestres a nadie. Como sucede con las mejores cartas de amor, es para ser leída sólo por quien la envía y por quien la recibe: tú.

Extractado de su Libro:

"Aumenta Tu Autoestima"
2002
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