Buscar este blog

lunes, 14 de junio de 2010

John Keats En Mi Poemario Privado



Bright Star (Estrella Brillante)

Mi corazón duele, y un pesado
letargo aflige mis sentidos
como si fuera bebido cicuta
o vaciado algún
somnoliento opiáceo
hace un minuto, y me hubiera
hundido en las aguas de Leteo
no es porque sienta envidia 
de tu felicidad
sino porque me siento felíz 
con tu dicha
cuando tú, ligera
Dríada alada de los árboles
en algún melodioso solar
de verdes hayas
e innumerables sombras
haces brotar en el estío
tu canto pleno.
¡Quién probará un trago
de vino añejo que ha sido enfriado
desde hace tiempo
en las profundidades de la Tierra
que supiera a flora
y a verde campo
danzas, canciones provenzales,
calor de sol y alegría!
Por un vaso
lleno de tibieza del sur
lleno de la verdadera,
la ruborizada Hipocrene
con adornos de burbujas
guiñando en los bordes
y la boca manchada de púrpura
si pudiera beber y abandonar
el mundo sin ser visto
y contigo desaparecer
en la oscuridad del bosque
perdidos, lejos, disueltos,
y olvidar por completo
lo que tú entre las hojas
nunca has conocido
el cansancio,
la fiebre y la inquietud
aquí donde los hombres se escuchan
unos a otros lamentarse
donde la parálisis sacude algunos
tristes, últimos cabellos grises
donde la juventud palidece,
se deteriora y muere
donde pensar
es estar lleno de dolor
y los ojos plomizos desesperan
donde la belleza no puede conservar
su brillante mirada
y el nuevo amor languidece
sin mañana
¡Atrás! ¡Atrás!
porque voy a volar hacia ti
pero no conducido por Baco
y sus leopardos
sino por las invisibles alas
de la poesía
aunque torpe el cerebro,
perplejo y retrasado
¡Ya estoy contigo!
Tierna es la noche
y acaso la reina luna
está en su trono
rodeada por todas
sus hadas de estrellas
pero aquí no hay luz
salvo la que viene del cielo
traida por las brisas
a través de verdosas tristezas
y sinuosos caminos de musgo
no puedo ver qué flores
hay en mis pies
o lo suave que es el incienso
que cuelga en las ramas
pero, en la embalsamada oscuridad
adivino la dulzura
con la que dota
los meses de estación:
la hierba, la espesura
y el fruto silvestre de los árboles
el blanco espino,
y la pastoral eglantina
desfallecientes violetas
cubiertas de hojas
y la hija mayor
de mediados de mayo
la llegada de la rosa de almizcle,
llena de su vino de rocío
y el murmullo de las moscas
en las vísperas del verano
oscureciendo escucho y,
más de una vez
he estado enamorado
del alivio de la muerte
llamándola con suaves nombres
en muchas rimas meditadas
para que llevara en el aire
mi callado aliento
ahora más que nunca
parece grato morir
dejar de existir a media noche,
sin dolor
mientras se vierte el alma
hacia afuera
¡en semejante éxtasis!
todavía quieres cantar
y yo tendré oídos en vano
ante tu excelso réquiem
ya transformado en terrón de césped
tu no has nacido para la muerte,
¡pájaro inmortal!
ni generaciones hambrientas
te han derribado
la voz que escucho esta noche
fue oída
en días antiguos
por emperadores y bufones
tal vez sea la misma canción
que encontró un camino
a través del triste corazón de Ruth,
cuando, enferma de añoranza
rompió en llanto, en medio
del maizal extranjero
la misma que tantas veces
ha encantado mágicas ventanas
que se abren a la espuma
de peligrosos mares,
en abandonas tierras de hadas
¡Abandonadas!
la misma palabra 
es como una campana
que tañe apartándome de ti
hacia mi yo solitario
¡Adieu! La fantasía nunca
pudo engañar muy bien
como su fama parece contar,
decepcionante elfo
¡Adieu! ¡Adieu! Tu lastimero
himno se desvanece
pasando las colinas cercanas,
sobre el arroyo
hasta la ladera y ahora
enterrados profundamente
en el siguiente claro del valle
¿Fue una visión o un sueño de vigilia?
 la música ha huido.
¿Estoy despierto o duermo?

Versos tomados de los créditos finales de la película basada en su vida, por la escritora y directora de Cine Jane Campion: "Bright Star" 
2010
*