Es un alibio para mi ver que en algunos lugares se hacen las cosas como tiene que ser: en derecho, con justicia y sin privilegios ladinos que ayudan a enmascarar a los bribones que suelen hacerse con los altos cargos estatales. Cuando gobernar sea un acto de verdadero servicio y no un tranpolín para hacer fortuna rápida y descarada, de seguro tendremos gestión pública con resultados coherentes a las calidades de quienes elegimos. Los Suecos han hallado un buen camino qué emular y si nos muestran el camino, lo mas seguro es que la vuelta de algunas generaciones, terminemos por seguirles y si eso hacemos, daremos muestras de perfecta inteligencia y sentido común.