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lunes, 30 de septiembre de 2013

Dr. Rodolfo Llinás





-El científico colombiano fue reconocido en España por sus descubrimientos sobre el cerebro. Su verdadero triunfo será ganarle la pelea al Alzhéimer.


Entrevista de Margarita Vidal publicada originalmente en la Revista Credencial.

La reina de España entregó esta semana el IV Diploma Cajal al investigador neurólogo bogotano Rodolfo Llinás por su contribución a las neurociencias y sus aportaciones al conocimiento del funcionamiento cerebral. El presidente del Consejo Superior español de Investigaciones Científicas, Emilio Lora-Tamayo, calificó al investigador colombiano de “una de las figuras más relevantes de la neurociencia actual” y recordó que el centro que preside ya decidió otorgarle el pasado año su máxima distinción, la Medalla de Oro.

Son pocas las entrevistas que el científico Rodolfo Llinás concede a los medios, y esta es una de las más recientes, publicada originalmente en la revista Credencial. Llinás cuenta cómo está a un paso de ganarle la batalla al Alzhéimer.


¿Ha hecho nuevos descubrimientos después de los publicados en el cerebro y el mito del yo?

Desde el punto de vista del sistema nervioso hemos encontrado una llave importantísima en neuropsiquiatría: lo que hemos llamado ‘disritmia en el tálamo cortical”. Estoy organizando un simposio internacional al respecto, porque reúne la neurología y la siquiatría y le da bases biológicas a muchas enfermedades que no se pensaba que estuvieran relacionadas. Ha sido una situación muy complicada porque la gente no estaba preparada para entender que psiquiatría y neurología son lo mismo.

A muchos les parece increíble que uno pueda entender, desde el punto de vista de la actividad celular, cosas como la depresión, la esquizofrenia y cuestiones más complejas como el dolor central o un tinnitus, que es espantoso. Estas situaciones son estados funcionales de un cerebro que no está trabajando bien. La diferencia entre un tinnitus, un dolor central y la depresión no es el mecanismo que los produce, sino dónde se producen. El mecanismo es muy similar y se puede ver dónde está.

Esto ha sido muy importante porque demuestra que pensar, crear, memorizar y todas las patologías son simplemente estados funcionales del cerebro. Es un concepto que le resulta chocante a muchos porque, de algún modo, se está negando lo que se ha considerado algo así como ‘el alma’.


¿Entonces el alma como la entendemos, no existe?

-No. Es un estado funcional del cerebro, pero el tema todavía resulta difícil de digerir para mucha gente. La respuesta que muchos dan es: “Bueno, sí, si usted lo dice… pero no entiendo bien cómo un estado funcional del cerebro se puede modular o corregir mediante la palabra” (el psicoanálisis es hablado y la gente se mejora). Y yo les contesto que las palabras cambian el cerebro.


¿En qué forma?

-Si yo le digo a una persona que es ‘malnacida’, responde agresivamente. Entonces, las palabras son como piedras; pueden hacer bien o daño, porque cambian el estado funcional del cerebro.


¿Es porque producen emociones?

-Exactamente, las emociones se pueden correlacionar. Antes se pensaba que no, y la realidad es que sí: yo puedo ver en el cerebro cuando alguien está bravo, triste o con dolor. Pero a la gente le resulta profundamente complejo y difícil de aceptar que la mente ―que era casi intocable― se reduce a una situación ‘cuchareable’, y su conclusión temerosa es: “Solamente hay dos posibilidades: que el paciente esté bien o que esté mal. Si está bien, no ha pasado nada porque no hubo necesidad de tratamiento. Pero si está mal, ¿qué hacemos nosotros? Lo que usted nos está diciendo es que estamos aplicando un sistema que no es”.


¿Se sienten corriendo un riesgo?

-Pensaban que estaban corriendo un riesgo hasta que les conté lo que he entendido y, además, que tengo las primeras imágenes que se han visto en el mundo del cerebro en medio de ese proceso. Ejemplo: si una persona que tiene una depresión va a donde el psiquiatra y el psiquiatra le hace una sesión de psicoterapia, el cerebro cambia y la persona se siente bien. Ese cambio es medible físicamente con un magneto-encefalograma.


¿Cómo se representa?

La actividad cerebral cambia según la clase de actividad osciladora: palabras, música, olores, ruidos, etc. El magneto-encefalograma registra zonas de diferentes tonalidades en determinados sitios del cerebro. Entonces podemos demostrar que las emociones son estados físicos que ponen a la gente a vibrar. Se ha abierto una puerta profunda: podemos ver la actividad cerebral y debemos analizarla sin prejuicios. Antes se auscultaba el cuerpo y se diagnosticaba: cáncer, tuberculosis, sida. Ahora hemos llegado a la misma posibilidad con el estado cerebral y podemos ver si el tratamiento está sirviendo o no. Es una revolución.


¿Cree que este descubrimiento es el más grande de su carrera como investigador?

-Eso solamente la historia lo dirá, pero estos resultados son secundarios, derivados de otros, obtenidos hace varios años ya.


¿Cuáles?

-Que el cerebro tiene ritmos intrínsecos dados por canales iónicos. El cerebro humano, producto de 500.000 años de evolución, es un sistema capaz de hacer hipótesis sobre lo que hay afuera. Un aparato para soñar, y los sueños ocurren de dos maneras, cuando estamos dormidos y durante la vigilia. No es fácil de entender cuando uno dice que no hay colores, ni sabores, ni olores, etc., indicando que la característica sensorial la inventamos nosotros.


¿Me da un ejemplo?

-Una vaca no ve colores, y si uno es daltónico tampoco ve colores, o sea que los colores no existen afuera, lo que existen son ondas de luz que tienen diferentes frecuencias.

La Reina Sofía de España le entregó el IV Diploma Cajal por su contribución a las neurociencias y sus aportaciones al conocimiento del funcionamiento cerebral.


¿Por qué evolucionó el cerebro humano?

- Para poder movernos inteligentemente. Si no nos movemos, no necesitamos cerebro. Por ende las plantas no tienen cerebro. Los seres multicelulares pueden cambiar de tamaño, pueden cambiar de complejidad, pero si pensamos en la biología, las células multicelulares en los animales son iguales, porque tenemos el mismo ADN, las mismas proteínas, las mismas enzimas. Quiere decir que la evolución está creando diferentes posibles soluciones.


¿Cómo cambia eso nuestra concepción de la biología? 

-Hemos hecho la historia de la biología basada en la forma externa del animal; ¿por qué no rehacerla en una forma más profunda, basados en el cerebro, en vez de en las tonterías que observamos externamente? De esta manera podríamos intentar entender el estado funcional del animal mismo. Nunca le he dicho a nadie esto, pero significa que vamos a reformular la biología basada en la complejidad del sistema nervioso y no en el número de plumas, pelos, dientes, alas, etc.


Un ejemplo, por favor.

-Si uno mira un murciélago, piensa que es un ratón que vuela, pero si mira su cerebro ve que la diferencia es enorme porque el cerebro del murciélago tiene una cantidad de características que el de la rata no tiene. Pero eso se develará en el futuro porque no tenemos suficiente conocimiento del cerebro como para poder hacer una reorganización de la historia de la biología, basada en su estructura, pero ya se hará. En la medida en que entendamos más que las características prominentes de la anatomía no son necesariamente el común denominador más amplio, vamos a entender más. Es un factor importantísimo porque lo que entendemos de la naturaleza, de lo que somos, de las enfermedades, de la política, de la música y de lo que usted quiera, tiene que ver con el tipo de cerebro y lo que este hace.


Si uno mira uno de sus magneto-encefalogramas del cerebro, ¿dónde se ubican las emociones como ira, dolor, amor y nostalgia?

-El cerebro humano es sumamente interesante; tenemos una masa más o menos de kilo y medio, de un sistema que ha evolucionado de tal modo que tiene especialidades como la parte de adelante que es intelectual, o la parte de atrás, que es sensitiva. Está el área del hipocampo y del hipotálamo, y una pequeña: las emociones, que son sumamente primitivas y por eso cuando estamos emocionados nos convertimos también en animales primitivos.


¿En el hombre ha crecido más la parte frontal, la inteligencia? 

-Sí, desde el punto de vista de afinar la vista y el tacto, el equilibrio, la audición, el olfato, etc. La corteza cerebral analiza todos esos aspectos y aumenta las propiedades de lo que está en el centro. Entonces tenemos inteligencia emocional, para distinguir, por ejemplo, lo que nos gusta de lo que no, y experimentar una enorme cantidad de emociones y habilidades diferentes. Un pájaro canta pero solamente puede cantar una melodía porque tiene un sistema cerebral muy sencillo; el humano puede componer cualquier clase de música, de modo que tiene la capacidad de especificar grados de medición, de sensaciones y, además, de realizar movimientos que a cualquier otro animal le quedaría imposible hacer. Es decir, tiene una destreza increíble.


¿Somos una especie de micos evolucionados?

-Somos simiescos, antropoides, a tal nivel, que las proteínas y la genética son muy similares. Pero nosotros somos animales que nos hemos especializado en complejidad y hemos desarrollado el lenguaje y la ciencia, la música y la arquitectura, en fin. Pero a pesar de eso, seguimos siendo esclavos de las emociones.


¿En qué forma y por qué?

-Porque lo intelectual no tiene valor en sí mismo si no se acopla con un componente emocional. Si usted es científico y encuentra algo nuevo, experimenta un placer increíble, pero si le echan vainas por lo que dice, sufre casi como si le dieran un palazo en la cabeza. Entonces, personas que no tienen competencia emocional son orates. No funcionan. Y si esa área se daña, la persona no se mueve, no porque esté paralizado, sino porque se convierte en autista, pierde el deseo de moverse. La gente cree que la emoción es estar con rabieta, enamorado, nostálgico… pero no es verdad: el estado emocional es el que hace que la gente se levante, camine, hable o no hable. Que funcione.


Pasando a otro tema, ¿qué son enfermedades como el Alzheimer?

-Lo que ha pasado con el Alzheimer es muy interesante porque ya sabemos cómo funciona y que hay drogas que pueden mejorar ciertos tipos de la enfermedad. Lo que hay que hacer ahora es un estudio mucho grande.
García Márquez escribió el prólogo del libro El cerebro y el mito del yo de Llinás.


¿Usted está dispuesto a hacerlo?
 
-No, porque lo que sigue ahora es una parte netamente económica y a eso no le jalo. No tengo el tiempo. Cuatrocientas personas es un buen universo, pero quieren más. Hice la investigación, sé exactamente qué está pasando, cuál es el mecanismo y dije: “Aquí está la droga”. No lo hemos publicado todavía porque estamos haciendo la patente. Luego viene el tema de quién va a fabricar la droga, quién la va a vender, si será tomada, o en parche, en fin, cosas que ya no son de mi resorte. 


Lo fundamental es que ya hay una solución para el Alzheimer.

-Sí, descubrimos el mecanismo por el cual se produce. De pronto la manera ideal de mejorar la enfermedad no es solamente la droga que nosotros tenemos, sino que es una de muchas posibles.


¿Qué es lo que pasa en el cerebro con el Alzheimer?

-A muy grandes rasgos, una proteína especifica se fosforiliza, se vuelve tóxica y entonces no se mueven las cosas dentro de las células. Puede pasar por muchas razones, pero el punto de ataque va a ser siempre el mismo y es que una molécula final se vuelve tóxica. Si impedimos eso, no hay Alzheimer.


¿Y usted cómo descubrió eso?

-Pensando, analizando y trabajando el problema.

 










Entrevista de Margarita Vidal publicada originalmente en la Revista Credencial.





En trevista 2

El Cerebro de Llinás
Fuente: Revista Diners
Ago 06 de 2012


En diciembre de 2009, el entonces director de Revista Diners, Germán Santamaría, entrevistó a Rodolfo Llinás uno de los científicos colombianos más destacados en el mundo, que podría ser candidato al Premio Nobel de Medicina por sus investigaciones en torno al cerebro humano, como pocos lo han hecho en el mundo. Actualmente es el jefe de Neurociencias del Hospital de Nueva York.   Recordamos la entrevista.  

¿Cuál es su obsesión científica en la actualidad?
Tratar de entender la naturaleza de la subjetividad. La memoria puede uno entenderla como la capacidad de las células y del sistema de modificarse de tal modo que se puede reconstruir el pasado. Y eso es perfectamente claro, la capacidad de moverse se entiende muy bien. Lo que no sé es que si yo siento un dolor, cómo se genera ese dolor. Si a una persona que tiene dolor le pongo dos gotas de anestésico local y se le quita el dolor, entonces éste es físico y sé cómo funciona y lo controlo, pero no sé qué hay adentro del cerebro, no sé de dónde proviene el dolor.

¿Será posible algún día hacer trasplantes de cerebro?
No, absolutamente imposible. Y no porque si a uno le trasplantan un cerebro, no le estén trasplantando un cerebro, que a alguien se le tomó de su cuerpo. Es que usted desaparece como tal cuando le quitan el cerebro para ponerle uno nuevo. Una mano o el corazón pueden trasplantarse, pero el cerebro, nunca. Si yo me quito mi cerebro y me pongo el suyo, ya no soy yo, sino que soy usted.

¿Es posible en el futuro descubrir una vacuna contra el Alzheimer y el mal de Parkinson?
Sí, no solo una vacuna, hay muchos tratamientos, de eso he venido hablando últimamente. Eso ya es mucho más real, porque el Parkinson es una enfermedad degenerativa, y el Alzheimer es una enfermedad degenerativa. Trabajamos la proteína de una persona como antes experimentamos con el cerebro de un calamar. Ya conocemos el mecanismo de la enfermedad, y [la solución] es muy factible.

¿Pronto o muy lejana todavía?
Creo que es probable que en los próximos diez años haya una solución, que pueda encontrarse la curación. Tenemos una droga que sirve aunque no es perfecta, y porque sirve es que ya uno tiene más o menos arrinconada la enfermedad.

¿Usted ha señalado la posibilidad de una especie de vacuna para incitar el amor?
Me han preguntado mucho sobre eso, ¡pero cómo voy a decir semejante cosa! No existen vacunas contra una situación de ese calibre. El amor no es una enfermedad, no es un virus, ¿entonces a quién se va a atacar? ¿Y entonces qué es el amor? Es un estado funcional del cerebro. Y las bases del sentimiento no las entiendo aunque sé dónde están.

Además de las drogas y el alcohol, ¿es cierto que ser negativo también deteriora el cerebro? Es decir: ¿es dañino ser pesimista o amargado?
Ser pesimista o amargado es un estado del cerebro, porque el alma no existe. No se puede ser triste sin cerebro. Entonces usted me pregunta si el estado general de la tristeza o la amargura deterioran el cerebro. Yo le diría que no, porque el cerebro ya está dañado: por eso es que está triste todo el tiempo, son funciones del cerebro que han evolucionado. Cuando uno está feliz es porque está relacionado con algo bueno. Es conveniente hacer cosas que le mejoren a uno la vida. Es importante la capacidad de reproducirse, la sensación de no sentir dolor. Aunque parezca obvio, generalmente uno se siente bien cuando deja de sentirse mal. Después de un dolor de cabeza, yo me siento fantástico porque ya no tengo dolor de cabeza.

Siendo el cerebro un sistema cerrado y solo perforado por los sentimientos, como usted lo ha demostrado, ¿cómo va la ciencia en cuanto a penetrar allí, por ejemplo para cablear el cerebro?
Pues yo tengo una patente para hacerlo; es decir que sí puede hacerse. Lo dije en un programa de televisión, y me echaron muchas vainas, como era inevitable. ¿Cuál es la situación? Que uno puede cambiar la función cerebral por estímulo eléctrico.Yo puedo poner un estímulo en el nervio, un estímulo eléctrico, y la mano se mueve. Puedo poner un estímulo eléctrico en otra parte y sentirme bien, o en otra parte y sentirme mal. Entonces en vez de hacerles huecos a la cabeza y al cerebro,  le introduzco cables por entre las arterias.
El cerebro está lleno de huecos, no hay que hacerle otros más. Puedo hacerlo con cables, puedo cablear el cerebro de una persona con dos millones de cables, ¿y qué puedo hacer con eso?: estimular todas las posibles áreas a un mismo tiempo. Si lo tengo a usted cableado, puedo cambiarlo hasta el punto de saber lo que está pensando, y comunicárselo a otro, y entonces ustedes dos se convierten en un sistema, y cuando usted siente dolor, él también siente dolor, y así ya no tienen que hablar, pues uno no tiene que hablar con uno mismo. Entonces comenzamos a convertirnos en un ente. Eso ya es ciencia ficción de alto turmequé.

¿A qué edad es más importante en el cerebro la educación?
La educación debe hacerse tan tempranamente como sea posible. A los niños hay que enseñarles a pensar, a que generen sus propias soluciones. Hay que enseñarles a que entiendan, pues el saber se pierde. ¿Acaso usted recuerda los afluentes del Caquetá? ¿Los estudió? Es inmensa la cantidad de cosas que aprendimos pero que no sabemos porque no tuvieron contexto. En la educación le queman a uno el cerebro. A los niños hay que enseñarles a pensar, es decir, enseñarles en contexto.

Edgar Allan Poe sostiene en su cuento William Willson que en cada hombre existe mitad del bien y mitad del mal. ¿Eso es posible?
Esas son descripciones literarias. La posibilidad motora que uno tiene, es la única manera de ser malo. La gente no entiende que la única manera que tenemos de expresarnos, es por acciones: o se habla, o se escribe, o se le mete un tiro a una persona. Entonces, tengo la capacidad de ser malo. ¿Y tengo la capacidad de ser bueno? ¡Claro que sí! Porque ambas posibilidades lo que requieren son movimientos de los músculos. Ahora bien: ser buenos o ser malos tiene otro problema, y es que se trata de ser bueno o malo respecto de alguien. Por ejemplo, a un soldado le enseñan que tiene que matar por el bien de la patria.
El científico norteamericano Edward O. Wilson afirma que lel hombre nace con una especie de microchip en el cerebro que lo hará inexorablemente criminal o científico o cualquier otra cosa, y que muy poco o nada puede hacer el ambiente cultural o social para modificar el futuro de la persona…
Si uno naciera con el microchip, entonces para qué estudiar. Es cierto que nacimos con muchas cosas, nacimos con toda la anatomía de las manos y por tanto el cerebro también es génesis para uno. Pero es importante que haya diferencias, porque si no hubiera diferencias, no habría humanidad, ya nos hubiéramos muerto todos. La ventaja es que siendo todos perfectamente tan diferentes, la posibilidad de que nos arrasen es muy pequeña. La sociedad es sumamente fuerte, y se requiere que haya diferencias, que haya colores, que haya intelectuales y de otro tipo.

¿Se podrá llegar a leer alguna vez la mente humana, la de los demás?
Sí, ya lo hablamos: cableándolo, o con estímulos. Una vez trabajé en París y teníamos que llegar por la noche y el celador cerraba con llave, y entonces debíamos timbrar, y el celador nos echaba unas vaciadas tremendas: que ya estaba en la cama, que qué desgracia, y escupía y gritaba. Entonces dije: Vamos a hacer un experimento interesante: le llevamos una botella de vino. Entonces el celador cambió y cada noche nos recibía como a unos príncipes. Le cambiamos el modo de pensar, pues cambiar la manera de pensar es de lo más pendejo que hay. Ahora: que la gente se lo deje cambiar, es otro asunto, pues hay cosas que no son negociables. Es muy difícil, por ejemplo, convencer a otro para que mate a su mamá, aunque alguien existirá que lo haría muy fácilmente.

Teniendo en cuenta la condición de violencia del hombre colombiano, ¿sería una estupidez decir que es que tenemos otro microchip en el cerebro?
No, la humanidad ha sido mala desde “chiquita”. Lo que pasa es que aquí hay mucha injusticia social. Ahora: si quiere que se acaben todas esas vainas, pues hagamos una guerra contra los venezolanos y por fin tendremos todos a quién darle en la jeta. Nos unimos todos, y de seguro que así se termina todo.

Usted, que ha estudiado el cerebro, ¿cree que el suyo funciona mejor ahora que cuando era joven?
Mucho mejor cuando era joven. Lo que pasa es que ahora sé más. Bien se dice que el diablo sabe más por viejo que por diablo. El ideal es que yo pudiera tener el cerebro joven sabiendo todo lo que sé ahora. Si al cerebro le quitamos el conocimiento, sería botar a la basura un gran capital que me ha costado tanto trabajo.

¿Existe alguna fórmula para mejorar el cerebro?
Hay muchísimas. La principal: úselo. Si uno no usa el cerebro, éste se atrofia, como los músculos y como todo lo demás. Por ejemplo, no se meta esas borracheras espantosas ni consuma drogas. A mí me preguntan que si he consumido drogas. No he tomado droga de ninguna especie, lo máximo que me he tomado es un vino, drogas no, porque no me interesa, porque si yo veo los colores muy bien y no quiero que sean más claros, pues no me interesa. Esas gentes que se están metiendo ese tipo de drogas, ¡qué horror!, van a tener el cerebro podrido cuando tengan sesenta años, si es que llegan a los sesenta.

¿Se puede afirmar que algunas personas tienen el cerebro tan poderoso como para dominar a otras?
Es una buena pregunta sobre lo que es un cerebro poderoso. Si uno mira los animales, hay unos que son animales Alfa, líderes, y eso quiere decir que piensan un poco más rápido, que ven mejor, que oyen mejor, que para ciertas cosas son mucho mejores. Entonces todos los siguen. Una persona que realmente es un líder puede hacer las cosas mejor. Mire usted la importancia del liderazgo en las fuerzas armadas. El liderazgo es importantísimo, pero no es que sea más fuerte el cerebro. De pronto sí piensa mejor. Entonces cambie la pregunta: si uno tiene un cerebro que piensa mejor, ¿puede convencer a las personas? Pues claro, ese es el concierto humano.

¿Ese cerebro que puede generar en el hombre tanto amor y tanto arte, es el mismo que puede producir tanta capacidad de odio y de muerte?
Ya señalé que se puede mover la mano derecha como se puede mover la mano izquierda. Hay personas que son malas porque les da placer ser malas, y conocemos muy bien las reglas: si yo soy masoquista, quiero que me peguen, y otros quieren pegarles a los demás, al que es un sádico le encanta quitarle la piel a la gente sin anestesia, y eso es una aberración. Un hombre puede ser inteligentísimo pero de pronto de noche le jala los pelos a la mujer. Lo uno no impide lo otro.

¿Qué opina de tantos negociantes que ofrecen vitaminas y medicinas para el cerebro?
Que quieren plata. La gente vende porquerías por plata, desde el principio de la vida. Es como el cuento de los tres judíos que están en un tren y llega un ruso y les pregunta: ¿Ustedes por qué son tan inteligentes?, y le contestan: es que nosotros comemos cerebro de pescado, y si nos paga por estas cabezas, se las vendemos. El ruso se las come y piensa que de inmediato se va a poner más inteligente. Al rato regresa y dice: pues me comí el cerebro de los pescados y nada; yo creo que eso no sirve. Entonces los judíos le responden: le sirvió para que se diera cuenta de algo de lo que antes no se había dado cuenta: de que eso no sirve. ¡O sea que su cerebro empezó a funcionar!

Usted dijo que la plata es importante pero que el negocio es la vida…
Lo que dije es que el negociar, la capacidad de interactuar socialmente, es sumamente importante porque somos animales sociales. La plata es una manera muy sencilla de facilitar los negocios. Uno puede hacer una pregunta muy sencilla que yo le hago a la gente: ¿cuánta plata tengo que darle para que me deje matarlo? Y responden: “¡Cómo así!”. El dinero es una metodología para mejorar ciertas cosas, pero no es la vida.

¿Y qué es la vida?
Es un estado funcional del cerebro. Es decir, que la pierna está viva porque la vida es un estado funcional, que puede moverse.

En esa perspectiva, ¿cómo explica usted la muerte? ¿Tanto luchar para morirse?
Es que si no quiere luchar, pues no luche. Pero si alguien no lucha, entonces no entendió la vida. La vida no es para que le paguen a uno para trabajar, qué cosa tan triste. Y si cree que el trabajo es para burros, si cree eso, fue que le dañaron el cerebro. Vivimos para trabajar, para pensar, para cambiar, eso es la vida.

¿Y que hay después de la muerte?
Nada. ¡Qué va a haber después de la muerte!

¿O sea que usted y yo nos morimos y nunca más…?
Pues ni siquiera vamos a saber que morimos, como cuando se duerme. Usted se duerme y no se despierta.

¿Entonces la muerte es como el sueño?
Exacto, como el sueño pero sin soñar. Como la anestesia, pero ahora es el sueño eterno.

¿Entonces no hay otra vida, no hay reencarnación, no hay nada?
Para mí, no.

¿Y eso que dicen de que existe la energía y que esta no muere?
Claro que no muere, pero uno deja de ser ciertas cosas. Imagínese que uno diga lo siguiente: ¿cuánta energía hay si quemamos diez personas vivas? Son las calorías. ¿Y si las personas están muertas? Pues exactamente lo mismo, pues igual se quema un vivo que un muerto, a la misma velocidad, y entonces la física sigue. Lo que pasa con la muerte es que hay un estado funcional que se acaba, no se ha perdido nada de energía.

¿Entonces usted no le tiene miedo a la muerte?
¡Pero cómo voy a tenerle miedo a la muerte! Qué le voy a tener miedo a la muerte si nunca voy a conocerla. La única muerte que yo no voy a conocer es la mía. La muerte para mí no existe. De todas maneras me voy a morir. Yo les digo a mis estudiantes: estar vivo es sumamente peligroso; si no quiere peligro, muérase, porque a los muertos no les pasa nada.

¿Más allá del cerebro humano existe Dios?
¿Quiere que le diga la verdad? No, ¡qué va a existir!

¿Entonces Dios es un invento del hombre?
Fíjese: hasta lo pintan como un hombre. Tiene boca, tiene todo un sistema digestivo. ¿Entonces Dios tiene hígado? ¿Va al baño? ¿Usted sabe lo que implica tener un Dios que parezca una persona? Es decir, estamos en el nivel de los mesopotámicos. Hasta los musulmanes tienen la decencia de no pintar a Dios, sino cosas geométricas.

¿Ese descubrimiento de que no hay Dios fue para usted tardío o a temprana edad?
No, desde chiquito me di cuenta de que eso no puede ser. Pensaba que no era posible que Dios sin inmutarse viera a un niño morirse de hambre. Entonces recuerdo decirle a mi papá: ¿Será posible que la Iglesia y la gente adinerada utilicen la idea de Dios para dominar a los pobres que siempre han sido más? ¿Comunista acaso? No, yo no soy comunista.

¿Usted sueña?
Sí, con detalles y con sonidos y colores. Sueño en colores, oigo a las personas y le hablo a la gente en todos los idiomas, y pasan toda clase de situaciones, pasan cosas interesantes y la mayoría de ellas son verdad.

¿Cómo puede mejorarse la memoria?
La memoria es un estado funcional del cerebro. Si usted me pregunta cómo determina la masa muscular la fuerza, le respondo que la fuerza es la masa muscular. Haga ejercicio. Venden productos que pueden mejorar la memoria, como programas de computadora, y sudokus, y no solamente eso: viva más. Esos aparatitos son buenos y fuerzan a la gente a utilizar la memoria. A mí me dicen: usted dejó de hablar castellano durante veinte años, ¿y cómo es que no se le olvidó? Pues es que si yo hablo el castellano y sueño en castellano, ¿cómo se me va a olvidar?